Desde muy niño, ya fui la oveja negra, el raro, el inadaptado. No encajaba con el patrón general y eso me proporcionó mucho tiempo conmigo mismo, sin que nadie se inmiscuyese en mis meditaciones. Aunque el paso del tiempo me alienara un poco, la esencia del guerrero, del rebelde sin causa siempre impregnó mi ser. Gracias a esto no fue necesaria una gran crisis traumática para mi despertar espiritual, no. Solo hizo falta una pequeña crisis existencial que, aunque llegara un poco tarde, llegó como una explosión.

Esta explosión fue el revulsivo para lanzarme al estudio de la metafísica, como estudiante de Un Curso De Milagros, y Teosofía de manos de maestros como Enric Corbera o Emilio Carrillo. Estudié, también la sabiduría Tolteca, enseñanzas chamánicas de los nativos americanos y la sabiduría de la antigua cultura china comprobando que no hay prácticamente nada nuevo en el mundo que no se conociera y practicara con éxito hace ya miles de años.

Esta inquietud me llevó a estudiar diferentes métodos terapéuticos alternativos como Kinesiología Cuántica, Bioneuroemoción, Constelaciones Familiares, Numerología, Mecánica Cuántica, PNL, Hipnosis Ericksoniana, Thetahealing, PSYCH-K y otras diversas formaciones con las que encontrar mi misión de vida.